La reconstrucción del espacio fue posible gracias a la Ley Provincial de Mecenazgo, que permitió canalizar la generosa adhesión al proyecto de tres entidades mecenas: Farmacia El Indio, Federación Médica del Chaco y Hotel Amerian Casinos Gala.
Procedimos a la imposición del nombre ¨Fernando Operé¨ en homenaje a la tenaz colaboración del intelectual madrileño radicado en Virginia, Estados Unidos, con la causa y el desarrollo de nuestra entidad.
Compartimos aquí algunos fragmentos de su discurso:
¨…para mí este es un honor que no me esperaba, y del que no estoy seguro ser merecedor. Quizás este es el fin de un viaje que se inició ya hace mucho tiempo …cuando de la mano del destino incontrolable apareció en 1986 por la Universidad de Virginia, un joven autor, escritor principiante pero rebosante de energía, planes y creatividad que nos deslumbró y tocó a todos un poco. Llegaba con esa actitud joven y provocativa tan propia suya. Su risa amplia, su abrazo de oso, su integridad a prueba de huracanes, y su lealtad eterna. Su nombre Mempo Giardinelli. Esa era la gota que faltaba, y que rebosó el vaso de mi pasión y me vinculó definitivamente con la Argentina. Como anécdota les cuento que gran parte de su magna obra Santo oficio de la memoria, la escribió Mempo por las noches en la única computadora existente en esos momentos en el Departamento de Español de la Universidad. Lo hacía tarde cuando ya nadie la usaba.¨
¨...Viajé a esta tierra de lapachos y calor sin piedad, me vinculé a la Fundación, que inició su andadura en 1996, y a su misión, con el convencimiento de estar recibiendo todos los años una lección de compromiso con el mundo y sus gentes, con una causa, la cultura a través de ese instrumento básico y fundamental que es la lectura, y con unas gentes, los desposeídos del pan y la palabra escrita. Desde esa fecha he participado desde mi lejano Charlottesville, en la promoción de recitales y presentaciones con el fin de divulgar la labor de la Fundación, y conseguir donaciones que han hecho posible en parte la terminación de este edificio. Por suerte vivo en los Estados Unidos. Digo esto y les cuento otro cuento.¨
¨La más importante biblioteca en Estados Unidos y posiblemente una de las mejores bibliotecas del mundo es la Biblioteca del Congreso en Washington, D.C. Esa biblioteca se formó con la donación de la biblioteca personal de Thomas Jefferson de su casa, situada en Monticello, en Virginia, a diez pasos de la mía. Curiosamente este recinto que hoy nos acoge pronto albergará una biblioteca que se quiere sea pública, y se formará, ya está en vías, con la biblioteca privada de Mempo Giardinelli.¨
¨...Hay una frase que me gusta y que me repito a mí mismo constantemente, “Si no eres parte de la solución eres parte del problema". Yo creo que en ese sentido la Fundación Mempo Giardinelli y todos los vinculados a ella nos han dado esta lección. Pongamos manos a la obra ofreciendo soluciones antes que quejarnos esperando que la solución caiga del cielo. Y me refiero a los múltiples voluntarios, ciertamente a la Abuelas Cuenta Cuentos, diría que espina dorsal de las actividades de la Fundación, también a aquellos que voluntariamente participan en la organización del foro, una actividad anual sin parangón en el país, a los que donan su tiempo, y aquellos, no muchos que aquí, abren su chequera y aportan un gratito de arena para que esta máquina siga funcionando.
En ese sentido debo agradecer, aunque estén muy lejos y no oigan mi voz, a los muchos, amigos, colegas, y familiares que tanto en España como en los Estados Unidos mantienen la Fundación con sus contribuciones individuales.
Personalmente debo decir que para mí, participar en la Fundación me hace más ciudadano del mundo, me recuerda que debo asumir mis responsabilidades globales me produce adrenalina para mantenerme joven y me hace libre. El gran Pablo Picasso escribió hace tiempo “Ser joven, realmente joven lleva mucho mucho tiempo”. Qué cierto.
Y aquí estamos todavía plenos de juventud y proyectos. Que duren. Les agradezco a todos su presencia, y a la Fundación el honor que hoy me otorga. Espero que cuando mis hijos y mis nietos les visiten, puedan ver esa gota de agua que en la llanura seca dejó su padre, el que siempre soñó con ser joven.¨
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